Álvarez Rodrich: Ni claro ni directo sobre la defensa de la vida

Considera a los que defienden la vida como cucufatos

Teníamos una deuda con Augusto Álvarez Rodrich, que se ha prodigado su presencia en diversos medios de comunicación: en Radio Capital, en Frecuencia Latina y en La República. Lamentamos ello.

En la reciente feria del libro presento su libro “Claro y Directo” que es una recopilación de sus columnas sobre periodismo tanto en su paso como director de Perú 21 como en La República.

Realmente creemos que Álvarez es un mal periodista y lo decimos tomando el caso de su sus columnas con respecto a la AOE. Posiblemente su posición con respecto a estos temas vienen de su amistad con los grupos feministas a los cuales ve con indudable simpatía, como lo manifiesta en su columna “Dicen que fue una Costilla” del 8 de marzo del 2009:

“Para luchar por el reconocimiento de los derechos de la mujer es que se debe apoyar decididamente a las organizaciones feministas del Perú que luchan por ello y que apuestan por una completa igualdad de género en los procesos locales, nacionales, regionales y globales”.

Así nos encontramos con columnas que:

1)  Asumen posiciones trilladas de los pro abortistas.

2)  Nada de investigación ni confrontación con los argumentos que no comparte.

3) Reducir las posiciones a favor de la vida a reacciones fundamentalistas y de fe.

Tal tipo de simplismo sólo delata la falta de rigurosidad periodística y de análisis, fruto de la pereza intelectual o de la amistad por encima de la verdad.

Así tenemos su columna del 12 de noviembre del 2009 llamada “El tribunal de la santa disquisición” en la que señala:

“Los miembros del TC han quedado como unos cavernícolas que abdicaron de su mandato para actuar como última instancia nacional al servicio de la constitucionalidad, la justicia, el sentido común y la ciudadanía –especialmente de los más pobres–, y se pusieron al servicio, como monaguillos, de las tendencias más conservadoras y aristocráticas del país.

En este sentido, es claro dónde está la ciudadanía en este tema: 70 por ciento se encuentra a favor de su distribución gratuita. ¿Qué les van a decir a todas esas personas los acólitos que integran el TC por encargo de la cucufatería nacional, la cual decide con mentalidad de chamán de la Av. Abancay? ¿Que la mayor parte de los peruanos son unos pervertidos?

El AOE no tiene un efecto abortivo según todo el conocimiento científico disponible, de acuerdo con entidades como el Colegio Médico, la Sociedad de Ginecología, la Academia de Salud y de la Medicina, además de, en el plano internacional, la OMS, la OPS, y el Fondo de Población de la ONU”.

Como se ve, existe un ánimo de insultar, pero lo que es peor, la ignorancia del que desconoce a fono el debate y no menciona a la FDA, y en cambio sí por ejemplo, al Fondo de la Población de la ONU que como ente demográfico no tiene nada que decir con respecto a un tema vinculado a la anidación de un embrión.

Pero el artículo que muestra de qué manera Álvarez Rodrich, agnóstico que dejó la fe judía, es señalar que los que defiende la vida son cucufatos. Así en su artículo del 13 de marzo de este año, “A pesar de la cucufatería nacional”, dice con respecto al desacato del ministro Oscar Ugarte:

“Una de las decisiones más valientes e importantes del gobierno actual en estas semanas en las que ha andado con rumbo confundido en el terreno político, ha sido la defendida por los ministerios de Salud y de la Mujer para lograr que el anticonceptivo oral de emergencia (AOE) se pueda distribuir de manera gratuita.

En este sentido, los ministros Oscar Ugarte de Salud y Nidia Vílchez de la Mujer merecen, por su audacia para enfrentarse a la cucufatería nacional, y su valor para promover una decisión profundamente distributiva, un sincero agradecimiento de los que realmente les preocupan los problemas de las personas pobres del Perú.

Por eso, desde este blog desconfiamos profundamente de Álvarez Rodrich como periodista.

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