Noticias Globales
Hoy los católicos celebran la Inmaculada Concepción de María. No es la única concepción que celebran, pues el 25 de marzo, 9 meses antes de Navidad, celebran el anuncio del arcángel Gabriel a María y su “sí”, y por lo tanto, la concepción de Jesús.
Es muy sugerente que la Iglesia Católica desde sus inicios haya considerado la concepción como el comienzo de la existencia de una persona. Por ejemplo, la Fiesta de la Anunciación es considerada como una de las primeras conmemoraciones vinculadas a María. Ya desde el siglo III existe una tradición por señalar el 25 de marzo como la fecha de la concepción de Jesús (Anunciación) y nueve meses después, el de su nacimiento (Navidad). En el siglo IV ya existía un templo en Nazaret dedicado a la Anunciación y antiguamente se llamaba a esta fiesta “Concepción de María”.
La fiesta de la Inmaculada, si bien es cierto, su celebración universal es más reciente, en 1854, al declarar Pío IX el dogma del mismo nombre, no por ello el pueblo católico no fue sensible a su recuerdo. Se considera que a partir del siglo VII se celebraba esta fiesta de la concepción en Palestina, y que pasó a Constantinopla y al sur de Italia en siglo IX. Precisamente en este siglo se encuentra claramente la fiesta de “la Concepción de Nuestra Señora” en Irlanda, la cual se difundió a Francia, España y Germania. Durante este tiempo no se vislumbraba como discusión teológica si María fue concebida o no con pecado original hasta que lo hizo San Bernardo. Ya en el 1264 todos los franciscanos habían adoptado la fiesta.
Lo curioso es que también hay indicios antiguos de otra celebración que ha desaparecido: la concepción de San Juan Bautista, el 25 de setiembre (considerada seis meses antes a partir de la fecha de la Anunciación).
Toda esta categorización tiene su fuente en las Sagradas Escrituras las cuales analizaremos en algún blog posterior.
Esta debe ser una de las razones por la cuales el pueblo peruano y Latinoamérica es tan sensible a la defensa de la vida desde la concepción, desde el inicio de la vida, y no es tan fácil manipularlo con cambios de términos como “inicio del embarazo” como tratan de hacerlo la Organización Mundial de la Salud o los grupos feministas abortistas.
