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"Cuando subimos por la calle Colón pude ver esos carteles..."
Indudablemente una respuesta sociológica, pero reductiva, sería la de sensibilizar a la sociedad en la defensa de la vida frente a los lobbies que ONG´s abortistas realizan en los ministerios de la Mujer y de Salud, en el Congreso, en los medios, en los partidos políticos, en la Defensoría del Pueblo, etc. Igualmente es un mensaje claro para los políticos. Y esa respuesta no es incorrecta, pero no sólo se realizan para eso.
Existe un semanario llamado “Encuentro” en Arequipa que publicó dos testimonios de las consecuencias que trajo el Corso por la Vida que se organizó en la Ciudad Blanca el año pasado, en la vida de dos personas. Transcribimos parte de la nota:
Y ciertamente, el Corso por la Vida es una ocasión para promover la paz. Lo es al punto que algunas mujeres se arrepintieron de abortar cuando vieron a miles de arequipeños lanzando arengas a favor de la vida y mostrando carteles que reflejaban la realidad del aborto.
Esa es la historia de Ana Lucía, quien con 31 años estuvo dispuesta a acabar con la vida de su bebé: Estaba esperando mi cuarto hijo y la semana anterior había decidido abortar, ese día (27 de marzo de 2010) salí a encontrarme con una amiga para prestarme 200 soles. Cuando subimos por la calle Colón pude ver esos carteles, confesó conmovida. Eran fotos de los bebés en nuestro vientre. No pude más. Lo que realmente deseaba era tener a mi bebé. Hablé con mi esposo y, aunque fue difícil, ahora estamos más unidos viendo crecer a Elías, aseguró.
El caso de Hernán, un joven de 25 años que participó del Corso de la Vida del año pasado, también es particular. Durante mucho tiempo -relató- había sido muy rebelde con mi mamá, nunca valoré su fuerza y valentía, dejarme nacer, cuando estaba sola. Este corso me ha hecho recapacitar que mi madre me valoró y me respetó…por eso estoy vivo, he decidido ser un hijo más agradecido”.
Para eso sirven las manifestaciones en favor de la vida, no sólo para denunciar que se atenta contra la vida del concebido, sino para recordar DEL INMENSO REGALO QUE ES y que tenemos que agradecer.
Emotivo porque viven, esperanzador porque se logran los objetivos, fotalecedor por las reflexiones expresadas.
Ser persevarentes defendiendo el BIEN y agradecidos por el DON de la vida.