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Fue lamentable. En el anterior post habíamos señalado nuestra extrañeza que dentro de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, que apoya de manera decidida el protocolo de aborto terapéutico, perteneciera la Comisión Episcopal de Acción Social y varias vicarías de la solidaridad de algunas diócesis en el Perú.
Bueno, un lector nos pasó el dato que ésta no había sido la primera vez de este tipo de contradicciones dentro de la Iglesia (esperamos que sean sólo errores de buena fe).
La noticia apareció en AciPrensa hace algunas semanas. Los obispos peruanos pidieron formalmente a la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá (CCCB) detener el financiamiento de grupos afines a la promoción del aborto en el país a través de la agencia católica de cooperación Development & Peace (Desarrollo y Paz).
La carta, firmada por Mons. José Antonio Eguren, presidente de la Comisión de Familia de la Conferencia Episcopal Peruana, lamenta que los hermanos obispos canadienses permitan el financiamiento de “grupos que trabajan contra los obispos del Perú tratando de dañar la protección legal del derecho a la vida de los no nacidos”.
El documento, difundido por la agencia Lifesite News, sostiene que desde que comenzaron las versiones sobre el financiamiento de grupos abortistas por parte de Development & Peace, la Comisión de Familia comenzó una investigación propia sobre los grupos que reciben financiamiento de ese organismo en Perú y encontró que tres beneficiarios promueven el aborto con el dinero de los católicos canadienses, que según el documento fue de 140,000 dólares.
La carta del Obispo Eguren a la CCCB se puede leer aquí.
Pero, ¿qué instituciones recibieron ese dinero de Development & Peace? Veamos el fragmento qué instituciones, según un informe adjunto, están comprometidas con grupos pro abortistas en el Perú.
Las tres instituciones que son mencionadas en la carta de protesta.
La más conocida es la Coordinadora Nacional de Radio (CNR) indudablemente.
Según la carta, se sugiere una manipulación del lenguaje. “Cada grupo apoya el aborto, y/o la anticoncepción, con este nombre o con eufemismos como ‘derechos sexuales y reproductivos’ o algunos de sus derivados”, agrega la carta.
¿Cómo corregirlo? La carta concluye ofreciendo ayuda a los obispos canadienses para que encuentren “organizaciones católicas” involucradas en“auténticos proyectos de desarrollo”en el país para que “la nación se beneficie de la generosidad de los católicos canadienses”.
Esperemos que se haya tomado nota.
