Una importantísima razón de por qué tenemos que participar en la Marcha por la Vida ya sea de Lima, Arequipa o Piura, o las que se realicen en los distintos puntos de nuestro país, es que los políticos no entienden que estamos hartos de su indolencia e ignorancia, pasividad e indiferencia con respecto a la defensa de la vida desde su concepción en nuestro país.
Basta ver lo que sucedió en el proceso de revocatoria: numerosos políticos de diversas tiendas apoyaron a la Villarán. Sus razones: corrupción, paralización de inversión, etc, etc. A nadie de esa clase política le interesó el tema de la posición ideológica de género y en favor del aborto de la Alcaldesa. A nadie le importó que hacía alianzas en su trabajo con los movimientos feministas pro aborto. A nadie le importó que estaba usando la Alcaldía como una plataforma para la agenda de género, y que apoyarla políticamente ahora, es darle impulso para que en el futuro vuelva a postular a la presidencia y que apoye el aborto, como lo apoyó cuando fue candidata en las últimas elecciones.
Ahí tenemos a Kuczinsky, a Vitocho, a Toledo, a Fernando Andrade, y a otros más. Pero la que más indignante es la participación del PPC con Lourdes Flores Nano a la cabeza, y lo que nos hace preguntar sobre si el nombre de este partido que se hace llamar “cristiano” tiene el mismo peso por el cual una universidad rebelde quiere seguir llamándose “católica”.
En otras palabras, la propuesta provida es invisible o incómoda a los políticos de turno. Lo único que entienden parece ser es la cantidad de votos y su perpetuación en el poder. Pues en esta marcha hagámosle saber que esto se acabó.