El testimonio de Bernard Nathanson señala como una de las principales estrategias de los abortistas es aumentar el número de abortos. De esa manera, presionan la gobierno para que lo considere como un gran problema de salud. Aquí su testimonio y las estrategias:
Confesión de un ex-abortista
por el Dr. Bernard Nathanson
Personalmente, soy responsable de 75,000 abortos. Este hecho legitimiza mis credenciales para hablaros con alguna autoridad sobre este tema. Yo fui uno de los fundadores de la National Association for the Repeal of the Abortion Laws en los Estados Unidos en 1968.
Una encuesta de opiniones verdadera hubiera descubierto que la mayoría de los americanos estaba en contra del aborto legal. Sin embargo, en cinco años convencimos a la Corte Suprema de los Estados Unidos de decretar la decisión que legalizó el aborto en todos los Estados Unidos en 1973 y produjo en la práctica el aborto legal hasta el nacimiento. ¿Cómo logramos esto? Es importante entender las tácticas manejadas, porque estas tácticas se vienen utilizando a través del mundo occidental, de una manera o de otra, con la intención de cambiar la ley del aborto.
La primera táctica clave fue la captura de los medios de comunicación
Persuadimos a los medios de comunicación de que la causa a favor del aborto legal era una causa ilustrada liberal y sofisticada. Sabiendo que si se hubiese llevado a cabo una verdadera encuesta de opiniones, hubiésemos sido profundamente derrotados, simplemente fabricamos los resultados de encuestas falsas. Anunciamos a los medios de comunicación que habíamos realizado encuestas y que el 60% de los americanos estaba a favor del aborto legal. Esta es la táctica de la mentira que busca sus propios fines. Hay poca gente que le guste estar con la minoría.
Despertamos suficiente simpatía para vender nuestro programa del aborto legal, inventando el número de abortos ilegales que se hacían anualmente en los Estados Unidos. El número real se acercaba a los 100,000, pero el número que dimos a los medios de comunicación repetidamente fue de 1 millón. Repitiendo la gran mentira un número de veces suficiente, se convence al público. El número de mujeres que morían por abortos ilegales era entre 200 y 250 al año. La cifra que constantemente suministrábamos a los medios de comunicación era 10,000. Estas cifras falsas se arraigaron en las conciencias de los americanos de Estados Unidos, convenciendo a muchos de que necesitábamos romper la ley del aborto.
Otro mito que suministrábamos al público a través de los medios de comunicación era que el legalizar el aborto sólamente significaría que los abortos que se practicaban ilegalmente se practicarían legalmente.
De hecho, por supuesto, el aborto ahora se utiliza como el método fundamental para el control de la natalidad en los Estados Unidos, y el número anual de abortos ha crecido un 1,500% desde la legalización.
La segunda táctica clave fue jugar con la carta católica
Sistemáticamente vilificábamos la Iglesia Católica y sus ideas socialmente retrasadas y atacábamos a la jerarquía católica como el villano que se opone al aborto. Este tema lo repetimos innumerables veces. Suministrábamos a los medios de comunicación con mentiras tales como todos sabemos que la oposición al aborto viene de la jerarquía y no de la mayoría de los católicos y las encuestas prueban una y otra vez que la mayoría de los católicos quieren que se reforme la ley del aborto. Y los medios de comunicación lanzaron a bombo y platillo todo esto al pueblo americano, persuadiéndoles de que cualquiera que se oponía al aborto legal debía estar bajo la influencia de la jerarquía católica y que los católicos en favor del aborto era personas ilustradas con miras hacia el futuro.
El resultado de esta táctica fue que no hubo grupos católicos que se opusiesen al aborto. El hecho de que otras religiones cristianas como no cristianas estaban (y todavía están) monolíticamente opuestas al aborto fue constantemente sofocado al igual que la opinión de los ateos a favor de la vida.
La tercera táctica clave fue la negación y supresión de toda evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la concepción
Frecuentemente me preguntan que qué me hizo cambiar la opinión. ¿Cómo he cambiado de prominente abortista a defensor de la vida? En 1973 llegué a ser director de obstetricia en un gran hospital de la ciudad de Nueva York, y tuve que fundar una unidad de investigación prenatal justo al comienzo de una nueva gran tecnología que ahora utilizamos cada día para estudiar el feto en el vientre. Una táctica favorita pro-aborto es insistir que el definir cuándo comienza la vida es imposible; que la cuestión es teológica, o moral, o filosófica, cualquier cosa menos científica. La fetología hace innegablemente evidente que la vida comienza en la concepción y requiere toda la protección y cuidados que cualquiera de nosotros goza.
¿Por qué, usted preguntará, algunos doctores americanos que conocen profundamente los hallazgos de la fetología, se desacreditan llevado a cabo abortos? Simples matemáticas: a $ 300 dólares cada uno, 1.55 millones de abortos significa una industria que genera $ 500 millones de dólares anuales, de los cuales la mayoría van a la cartera del doctor que practica el aborto.
Está claro que el aborto legal es una destrucción a propósito de lo que es innegablemente una vida humana. Es una acto impermisible de violencia mortal. Uno sabe que un embarazo que no se ha planteado es un dilema tremendo. Pero buscar la solución en un acto deliberado de destrucción es arrojar a la basura los vastos recursos de la inventiva humana y someter el bien público a la clásica respuesta utilitaria para los problemas sociales.
Como científico yo sé, no creo, sé, que la vida humana comienza en el momento de la concepción
Aunque no soy totalmente religioso, creo con todo mi corazón que hay una divinidad existente que nos manda declarar un alto final e irreversible a este crimen infinitamente triste y vergonzoso contra la humanidad.
El Dr. Nathanson es autor del vídeo “Un grito silencioso” y de los libros “Abortion Papers”, “Aborting America” y “Hand of God”.