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Habla una científica: “El aborto provocado es un drama para el cerebro de la mujer”

actuali Habla una científica: El aborto provocado es un drama para  el cerebro de la mujerNatalia María López Moratalla es una investigadora española que ha estudiado de qué manera el embarazo y la maternidad influyen en el cerebro de la mujer. Sus investigaciones la han llevado concluir que el aborto afecta a la mujer de manera radical y que “no puede haber una violencia mayor contra una mujer que cortarle, o cortar ella voluntariamente, un vínculo natural tan fuerte como es un embarazo”.

López es licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada, en 1968. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Navarra, en 1972. Catedrático de Bioquímica, Universidad de Valencia, 1981. Profesor Ordinario de la Universidad de Navarra, desde 1981. Es autora de un centenar de publicaciones científicas internacionales. Es autora de “Los quince primeros días de cada vida humana”, 2004, “Repensar la ciencia” 2006, “La dinámica de la evolución humana: más con menos”, 2007, “El primer viaje de la vida” 2007. “Cerebro de mujer y cerebro de varón”, 2007. “Cuestiones de evolución humana”, 2008.  “Comunicación materno-filial en el embarazo. Vínculo de apego”, 2008. “La dinámica de la evolución biológica. Más con más”, 2009.

He aquí la entrevista publicada en el semanario Alba de España:

¿Es correcto decir que el cerebro de la mujer se prepara de algún modo durante el embarazo?

Sí. El embarazo cambia radicalmente el cerebro de una mujer, tanto que viendo en neuronas piramidales de las capas de la corteza cerebral, puedes decir si esa mujer ha tenido un hijo, no ha tenido ninguno o ha tenido varios, porque todo ese proceso deja huella en el cerebro. Esto tiene mucho que ver con el contacto físico y emocional y la armonía de las dos vidas que tiene lugar durante la gestación y en ciertamedida en la lactancia.

Aunque una mujer –en el caso de padres adoptivos, por ejemplo–, no viva el embarazo puede desarrollar ese cerebro maternal que a la embarazada le viene dado. El contacto físico con el niño desarrolla ese cerebro maternal y paternal, esa vinculación afectiva, que deja huella en el cerebro en esa dirección. Podemos afirmar que los roles son naturales. Lo que no indica que no existen muchísimas actividades que no tienen relación con el sexo. Pero el cerebro de la mujer es así, y más adelante, cuando termina la época fértil, el cerebro tiene otra serie de cambios, porque va dirigido sobre la base genética por hormonas.

¿Cómo es el cerebro de una mujer que ha abortado? ¿Se nota de algún modo en el cerebro?

Cuando un niño nace hay una desvinculación física, pero el contacto de la madre con el niño, sobre todo a través de la lactancia, sigue manteniendo el estado de felicidad en la madre, que es como una continuidad de ese estado mental que se ha ido introduciendo durante la gestación. Cuando pasa un poco de tiempo, suele hablarse de una depresión postparto, porque ese estado disminuye porque aparece muy fuerte un estado de ansiedad o de preocupación por elmiedo a que le pase algo al hijo. Esa depresión es muy característica y tiene una estimulación cerebral natural.

En una mujer que aborta, en un aborto espontáneo, hay un corte del estado mental propio que tiene con la gestación. Su organismo y su cerebro se han preparado para el cuidado del niño. Entonces se produce una crisis que es falta de esa alegría propia de la maternidad.

Y si el aborto es provocado y ha sido voluntario, eso deja una fuerte marca de stress y de ruptura interior, mucho más fuerte que el golpe de separación natural. El aborto provocado es un drama también para el cerebro, y tiene tal magnitud que es conocido en psiquiatría la depresión que se produce después. Se ha descrito que el aborto de repetición que parece poder producir acostumbramiento, no pocas veces termina en suicidio. La desarmonización del cerebro es dramática con el aborto provocado.

Una mujer que ha abortado le podría decir que desea borrar lo que ha pasado de su vida, de su cerebro…

Sí, es posible. Yo quisiera subrayar la fuerza para el equilibrio y el desarrollo personal, para la estabilidad emocional y de todo tipo que tiene lo natural. Y lo fuerte que son en cada persona –en el enamoramiento, en la unión corporal, en lamaternidad, en la paternidad– los vínculos naturales. Cuando vemos que se producen investigaciones buscando fármacos para que, en definitiva, lamujer no se entere si ha abortado o no porque no sabe si ha estado embarazada o no, como puede ser la píldora del día después, etcétera, se puede pensar: así no tienen el trauma del aborto. Pero hay que pensar que es muy fuerte que nos carguemos esas referencias naturales, con el fin de que ni siquiera la naturaleza alerte de lo que supone en una mujer un aborto.

No puede haber una violencia mayor contra una mujer que cortarle, o cortar ella voluntariamente, un vínculo natural tan fuerte como es un embarazo. No existirían animales, no existiría la vida, si ese vínculo maternal no tuviera esa fuerza natural. No querer ni saber si se ha iniciado una vida y, por tanto, si se ha destruido un hijo, se entiende por una parte cuando se desea borrar lo que ha pasado. Pero por otra parte, podemos perder las referencias a cuestiones humanas tan fuertes como son los vínculos familiares. Y estos vínculos familiares son esenciales para que una persona se pueda desarrollar con normalidad. Se aprecia fácilmente, por ejemplo, cómo los dramas familiares afectan a los niños escolarizados. No atienden, no pueden. Yo tengo la esperanza de que a medida que los estudios avancen con mayor profundidad, podamos decir y reflexionar con mayor claridad: esto es la naturaleza y estas son nuestras referencias.

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