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Gran triunfo de la defensa de los niños por nacer en Brasil. Se ha reconocido, como en nuestro país, que el niño tiene derechos desde el momento de su concepción y se la convertido en el primer paso para corregir las absurdas disposiciones del código penal brasileño por el cual se permite el aborto por varias causales, entre ellas por violación. El argumento eje, a nuestro parecer imbatible, para impedir este asesinato enmascarado de “derecho reproductivo”, es que el Estado no puede permitir la supresión de la vida de un niño por el error de sus padres.
Fue un amplio triunfo en la Comisión de Seguridad Social y Familia de la Cámara de los Diputados, por 16 votos contra 4, y por el cual Estatuto del Niño por Nacer (Nascituro), una ley que reconoce la personalidad jurídica y el derecho a la vida desde el momento de la concepción.
Dentro del ordenamiento jurídico brasileño, se trata de una ley ordinaria federal, no constitucional, pero que abre camino para una reforma constitucional mucho más amplia. En Brasil el Código Penal, que trata de la cuestión del aborto, es ley ordinaria, única y válida para todos los Estados y sólo puede ser alterada por el Congreso Federal.
La sesión, y según las agencias, fue extremadamente dramática y duró más de cuatro horas.
Lo anecdótico es que en determinado momento de la sesión los diputados a favor del aborto acusaron los autores del proyecto con relación a la cláusula que dice que el Estado no puede causar ningún daño al niño por nacer por causa de un crimen cometido por sus progenitores, acusándolos que esta cláusula había sido obviamente puesta para revocar el artículo 128 del Código Penal que permite el aborto en caso de violación, y que esto representaría un terrorismo de Estado que no se había visto ni en la “época de la dictadura militar”, ya que obligaría una víctima de estupro a proseguir con el embarazo hasta el fin.
Decimos anecdótico, por no decir risible, pero que muestra el punto de insensatez con que se llega cuando la ideología oscurece las mentes.
La aprobación de este estatuto fue demorado más de tres años por maniobras de los grupos abortistas.
