Desde hace muchos meses hemos señalado que la Pontificia Universidad Católica del Perú no parece católica y menos pontificia.
Así hemos señalado en anteriores oportunidades que:
- La presencia de numerosos profesores de esta casa de estudios en el Primer Congreso de Derechos Reproductivos (una especie de aquelarre para avanzar en la agenda abortista en Latinoamérica) (ver)
- Que difunde una bioética conciliadora con el aborto (ver)
- Su diplomatura de Estudios de Género, que tiene como docentes a conspicuos docentes defensores y activistas pro aborto como Rocío Silva Santistevan y Marcela Huaita.
- El comunicado firmado por numerosos profesores respaldando la despenalización del aborto (ver), donde se encuentran profesores como Jaris Mujica, Violeta Bermúdez, María Soledad Fernández y Patricias Balbuena, que pertenecen a grupos activistas pro aborto que públicamente atacan a la Iglesia por estar en contra del aborto.
Pues bien, el día 16 de mayo, en la página 13 de la sección A, en el diario El Comercio apareció un aviso de la PUCP titulado “La Pontificia Universidad Católica del Perú invoca a emitir un voto en libertad y por la libertad” que hace su Consejo Directivo. En ella la PUCP hace un llamado en términos de reforzar la democracia, el crecimiento económico, respeto y tolerancia, los derechos y libertades y el fortalecimiento de las instituciones de la sociedad civil.
Todo muy bonito, muy cívico y muy ponderado. Pero hace evidente que el tema de la defensa de la vida no es importante, uno de los temas más sensibles en el pensamiento católico, y un criterio a la hora de votar.
Así la PUCP nuevamente hace evidente que ha dejado de ser pontificia y católica. Ha hecho nuevamente claro que Riva Agüero debe estar dándose volteretas en su tumba porque han hecho de esta casa de estudios una cueva de libre pensadores, que se aprovechan de una herencia dada para que el pensamiento católico se profundice, se difunda y se defienda.
La PUCP sigue “in tenebris”. Veamos el comunicado.