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La fertilización in vitro oculta a los padres la cantidad de niños que muere en cada proceso.
El reciente nobel de medicina a Robert Edwards, en virtud a ser uno de los creadores de la técnica de la fertilización in vitro, muestra el nivel de insensibilidad y banalidad con que es tratada la sacralidad de la vida humana en la creación de embriones humanos.
Lamentablemente en nuestro país nadie quiere asumir el poner en regla esta situación a las Clínicas de Fertilización, a pesar que las leyes peruanas defienden la vida de la persona humana desde su concepción, no señalando si se realiza dentro o fuera del cuerpo de la mujer.
Pero además, como se sabe, en las fertilizaciones in vitro se “producen” por cada pareja un número excedente de embriones humanos por razones prácticas y económicas, los cuales nunca seran acogidos por el útero de la madre. Los seres humanos que “sobran” son congelados, “donados” para investigaciones o desechados, nuevamente por motivos económicos, sin contar aquellos que los laboratorios señalan que “son defectuosos”.
Como se ve, estamos frente a un negocio que mueve millones de dólares en todo el año. Es una industria floreciente que, basándose en el legítimo deseo de las parejas de tener hijos, no les advierte:
QUE POR CADA HIJO QUE HAYAN OBTENIDO POR FERTILIZACIÓN IN VITRO
HAN TENIDO QUE SACRIFICAR A OTROS NUEVE
Ver post : “Cerrando los ojos al filicidio”
Ver post: Fecundación in vitro: “The business”
Pero no solamente eso, sino que recordemos que esos dueños de esta industria de fertilización no señalan:
QUE LA CIENCIA NO SABE CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS FUTURAS
PARA LOS NIÑOS POR HABER NACIDO EN VITRO
Se ha descubiero propensiones a enfermedades metabólicas tales como la diabetes, obesidad y otras. Ver post: “Los nuevos dioses”
Según los informe del premio nobel, a nivel mundial habrían nacido ya 3,75 millones de personas por esta técnica. ¿Y cuántos han muerto?
Si calculamos que se realizan 8 fertilizaciones in vitro por cada intento, y que de los que se logran, sólo en el 30% en promedio se termina con un feliz embarazo, entonces le debemos a la fertilización in vitro:
86 millones de muertes
de niños concebidos in vitro. Más que cualquier bomba atómica. Un total genocidio en la asepsia de los laboratorios y tras la máscara del haber dado hijos a parejas infértiles.
Vaya negocio. Vaya Premio Nobel.
