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Benedicto XVI : “el CIDH ha redefinido arbitrariamente el momento de la concepción”.

benedictoxvi Benedicto XVI : “el CIDH ha redefinido arbitrariamente el momento de la concepción”.Benedicto XVI, no sólo el Papa de los católicos, sino el referente moral más claro reconocido por Occidente, denunció en un reciente discurso la redefinición arbitraria del momento de la concepción por la la Corte Interamericana de Derechos Humanos por su sentencia sobre la fecundación in vitro, y que al hacerlo ha debilitado “la defensa de la vida prenatal”.

Este mensaje fue parte del Discurso que el Papa tradicionalmente dirige al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede y que se da inicios de año. Es decir, es un mensaje a todos los gobiernos a través de sus representantes y, en ese sentido, es uno de los más importantes del año.

Textualmente señaló:

“Al mismo tiempo, compruebo con tristeza como en diversos países de tradición cristiana se pretenden introducir o ampliar legislaciones que despenalizan o liberalizan el aborto.

El aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es gravemente contrario a la ley moral. Cuando afirma esto, la Iglesia no deja de tener comprensión y benevolencia, también hacia la madre. Se trata, más bien, de velar para que la ley no llegue a alterar injustamente el equilibrio entre el derecho a la vida de la madre y el del niño no nacido, que pertenece a ambos por igual. En este ámbito, es una fuente de preocupación el reciente fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, relativo a la fecundación in vitro, que redefine arbitrariamente el momento de la concepción y debilita la defensa de la vida prenatal”.

¿Qué es lo que exactamente ha querido significar lo dicho por Benedicto XVI?

Para entender exactamente lo que ha señalado el Santo Padre al decir que la CIDH ha redefinido arbitrariamente, la Real Academia de la Lengua Española nos puede ayudar. Según ésta, la arbitrariedad es el “acto o proceder contrario a la justicia, la razón o las leyes, dictado solo por la voluntad o el capricho.”

En otras palabras, ha señalado que la CIDH ha obrado ideológicamente o por otros intereses.

No hay oposición entre el derecho a la vida de la madre y del niño

Es bueno señalar que Benedicto XVI para defender la vida ante el Cuerpo Diplomático no se ha valido de la fe, sino de la ley moral, y al mismo tiempo ha señalado que oponerse a las leyes que despenalizan o liberalizan el aborto es para que éstas  no alteren “injustamente el equilibrio entre el derecho a la vida de la madre y el del niño no nacido, que pertenece a ambos por igual”.

Esta es una respuesta clara al discurso de las ONG´s abortistas que señalan que las leyes que penalizan el aborto olvidan el derecho de la mujer. Benedicto XVI pone los puntos sobre las íes: “ambos tienen derecho a la vida”, pero una ley a favor del aborto inclina injustamente la balanza en contra de la vida de aquel que no tiene voz ni manera de defenderse de una agresión injusta y además totalmente inocente.

La sentencia del CIDH

Como había señalado en un anterior post, la CIDH que preside, lamentablemente un peruano, Diego García Sayán, ya había sido denunciada por tener varios jueces pro aborto, entre ellos el que la preside, y se temía un fallo en contra de la vida. Y lamentablemente así fue. En la sentencia el párrafo central señala que:

“La Corte ha utilizado los diversos métodos de interpretación, los cuales han llevado a resultados coincidentes en el sentido de que el embrión no puede ser entendido como persona para efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana.  Asimismo, luego de un análisis de las bases científicas disponibles, la Corte concluyó que la “concepción” en el sentido del artículo 4.1 tiene lugar desde el momento en que el embrión se implanta en el útero, razón por la cual antes de este evento no habría lugar a la aplicación del artículo 4 de la Convención. Además, es posible concluir de las palabras “en general” que la protección del derecho a la vida con arreglo a dicha disposición no es absoluta, sino es gradual e incremental según su desarrollo, debido a que no constituye un deber absoluto e incondicional, sino que implica entender la procedencia de excepciones a la regla general”.

La pregunta que cae de madura: ¿a qué bases científicas disponibles habrán consultado? Eso lo desarrollaremos después.

“Tienen derecho a estar aquí”

Tatiana e Krista Hogan 01 Tienen derecho a estar aquíEsta es una historia que debe ser conocida: la de Tatiana y Krista, y la de su madre, porque siempre hay una madre. El título de este artículo lo dice todo: ¿quién puede negarle el derecho a alguien de “estar aquí”? Y ese “aquí” es esta vida que todos recibimos de manera gratuita. Y lo que niega ese “aquí” a millones de personas en el mundo es el aborto. Y quien instrumentaliza la eliminación de esas vidas son irónicamente aquellos que la recibieron gratuitamente y que al final determinan quién debe vivir o no.

El artículo es tomado de Hazte Oir, y Religión en Libertad.

Tatiana y Krista tienen seis años y son guapísimascomparten parte del cerebro y los daños ocasionados por una operación de separación serían fatales para ellas. Su madre desde que se enteró de la situación de sus hijas durante el embarazo ha luchado siempre por la vida de sus hijas frente a las enormes presiones para que abortara.

“¿Abortarlas porque eran diferentes?”

Felicia tenía 21 semanas de embarazo cuando la ecografía reveló que estaba embarazada de gemelos siameses. “Fue shock, shock total”, dice Felicia. Ella estaba aterrorizada. El médico planteó la posibilidad del aborto“Eso simplemente no es una opción”, dijo Felicia. Ella ya había sentido el movimiento de sus gemelas. Ellas eran sus hijas. “¿Abortarlas porque eran diferentes?” “Demonios, ella (Felicia), era diferente, también”, pensó.

Tatiana y Krista nacieron el 25 de octubre 2006, y estaban tan sanas que estuvieron en casa por Navidad. El interés de los medios fue intenso, así como las posibilidades de una operación de separación. Pero de inmediato, los estudios revelaron la profundidad de la conexión de sus cerebros, con una interrelación inusual. “Todo el tiempo sabíamos que estas niñas estaban conectados de una manera que era diferente a otros gemelos craniópagos, por lo que los riesgos de la separación serían diferentes de lo que razonablemente se podría esperar en otras circunstancias”, señala uno de los especialistas.

Un caso neurológico único en el mundo

Cada una de las niñas tiene un cerebro totalmente estructurado, dos hemisferios cerebrales, un vástago de cerebro completamente formado, el cerebelo y la médula espinal. Pero hay también un puente de tejido, a través del cual pueden acceder a información neurológica compartida; a los pocos días de su nacimiento, se hizo evidente que si a una de las gemelas se la pinchaba en un análisis de sangre, la otra lloraba. Tatiana y Krista pueden ver a través de los ojos de su gemela, también pueden sentir y saborear a través de los sentidos de su hermana. Neurólogos de todo el mundo siguen atentamente el caso, que no conoce parangón y que admira a todos.

Pero, al mismo tiempo, cada una tiene su propia personalidad y carácter, como explica su propia madre: “Krista es la divertida, es feliz todo el tiempo; Tatiana es más cariñosa”, explica en este vídeo-entrevista concedido a www.vancouversun.com A Krista le gusta el ketchup y a Tatiana no. Krista es alérgica al maíz en lata; Tatiana, no. Y así con tantas otras cosas.

“Tienen derecho a estar aquí”

Y llegó este vídeo, provocador y desafiante frente a todos los que esgrimen la no-autosuficiencia física y la dependencia como un argumento a favor del aborto, como publica Religión en Libertad.

Millones de embriones son desechados en Reino Unido por “industria” de fertilización humana

aborto no fivet copia2 Millones de embriones son desechados en Reino Unido por industria de fertilización humanaUn informe proveniente del Reino Unido ha tenido que reconocer que en la industria de la fertilización asistida se eliminan millones de embriones humanos y que en proporcionalidad, la tasa de éxito de esta técnica es un fracaso.

Esto ya es aterrador considerando que el embrión es ya una persona. Si esto sucede en un país del llamado Primer Mundo, cuyas técnicas deben ser más avanzadas, ¿qué estará sucediendo en el Perú y Latinoamérica donde muchas Constituciones defienden a la persona desde la concepción?

La noticia publicada por el Daily Mail, no solamente ha tenido que reconocer la eliminación de millones de vidas, sino además que detrás de lo que parecía un avance científico que ya tiene más de 30 años, estas técnicas se encuentran en una situación tan incipiente que sólo el 7% de los embriones fecundados llegan al nacimiento.

Según el artículo que utiliza un lenguaje posiblemente para nosotros chocante, señala que millones de embriones humanos producidos para embarazos de FIV han sido “desechados sin usar” y muestran que por cada mujer que concibe un hijo a través de la fertilización in vitro, se consiguen 15 embriones, y casi la mitad de ellos son “descartados” durante o después del proceso. Es decir, una proporcio de 1 a 15, es decir 7%.

Así, gracia a que en Reino Unido existe un registro a diferencia del Perú y Latinoamérica, se ha llegado a la aterradora cifra de los más de 1,7 millones de embriones se han eliminado desde que comenzaron los registros hace 21 años.

Lo más interesante es que se hizo pública que el “aparente éxito” de estas clínicas de fertilización asistida, a nivel de proporción de logros, son un estrepitoso fracaso.

Las cifras sobre el uso de embriones humanos fueron recogidos por el regulador de la industria fertilidad (“fertility industry regulator”), la Autoridad de Fertilización y Embriología Humana (HFEA).

Como se sabe los embriones son creados a partir de los óvulos y el esperma durante el proceso de fecundación in vitro. Lo que señala el informe es que sólo algunos se introducen en el útero de la futura madre y  otros se ponen en el almacenamiento, o se desechan como no deseados, o, en algunos casos, son utilizados en experimentos científicos.

Las cifras dadas a conocer por el Ministro de Salud Lord Howe muestran que 3.546.818 embriones humanos han sido creados a partir de agosto de 1991. Estos han producido sólo ‘235.480 sacos gestacionales “- evidencia de su implantación. Como resultado de ello, 93 por ciento de todos los embriones creados – más de 3,3 millones en todo – nunca se utilizan para generar un embarazo.

De los embriones creados, 839.325 fueron puestos en almacenamiento para uso futuro y 2.071 fueron almacenados para la donación a otros. Otro 5.876 se destinaron a la investigación científica.

En total, 1.388.443 embriones fueron implantados en la esperanza de comenzar embarazos. Un poco menos de uno de cada seis resultaron en un embarazo.

Del resto, 1.691.090 fueron descartados sin usar y otros 23.480 fueron descartados después de ser sacado de almacenamiento. Las cifras no indican cuántos de los implantes ha provocado embarazos que fueron a término.

Según Lord Alton, quien solicitó la información al área de salud del Reino Unido  afirma que “la mayoría de la gente no tiene ninguna idea sobre el número de embriones que se crean en este proceso y también se sentirían muy incómodos con ellos se está experimentando en también.”

Un portavoz de la HFEA llegó a afirmar que :”Los embriones que se descartan ya no pueden ser necesitados por el individuo o la pareja para su tratamiento. En estas circunstancias, puede decidir si desea donar los embriones a un proyecto de investigación, otra pareja o pedir a la clínica para destruirlos”.

Artículo denuncia olvido sistemático del Estado Peruano por defender la vida del concebido

dia de los santos inocentes Artículo denuncia olvido sistemático del Estado Peruano por defender la vida del concebidoEl día de hoy apareció en el diario Expreso un artículo titulado “El silencio sobre los inocentes” en que se hace un recuento breve pero contundente sobre las omisiones reiteradas y a veces antagonistas por parte del Estado peruano por defender la vida del concebido frente a las agresiones directas a las que se ve sometido. El artículo fue escrito por el comunicador Andrés Tapia Arbulú.

El silencio sobre los inocentes

El Estado no sólo tiene la obligación de regirse por la Constitución sino tiene que vigilar para que el espíritu de justicia, igualdad y solidaridad que la animan se cumpla. De tal manera que el Estado está llamado a velar por todos los peruanos, pero en especial por los más débiles y frágiles.

Y ¿quién puede dudar de la fragilidad del niño concebido en el vientre de su madre? Nuestra misma Constitución señala que el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece. A lo que se suma una reciente sentencia del Tribunal Constitucional que determina con claridad que la vida de una persona, la de un peruano, se inicia y es sujeto de derecho desde el mismo momento de la concepción, cuando se unen el espermatozoide y el óvulo, y aparece un ser humano con un ADN totalmente único.

Por eso llama la atención que la propuesta del Plan de Derechos Humanos no mencione cuándo se inician estos derechos en la vida de cada peruano según la Constitución, ni la necesidad de promover la defensa de la vida del concebido.

Del Ministerio de Justicia que ha realizado dicho Plan, igualmente podemos pasar a otros ministerios. Por ejemplo, ¿alguien recuerda alguna campaña del Ministerio de la Mujer o el de Salud diciéndole “No al aborto”? Si hacemos memoria sólo recordaremos, en la misma línea, campañas en contra de “embarazos no deseados”, “derechos sexuales y reproductivos” y pronunciamientos para impulsar un protocolo del aborto terapéutico.

Se podría aducir que las campañas a favor de la salud materno infantil son equivalentes a defender la vida del concebido. No es cierto, pues eso es confundir el derecho a la salud con el derecho a la vida. Esta diferencia se expresa en las voces que plantean que niños en el vientre de su madre con enfermedades congénitas no curables sean eliminados bajo la denominación de aborto eugenésico. Parece ser que defender la vida del concebido de manera directa y firme se ha vuelto políticamente incorrecto.

La Defensoría del Pueblo, según la Constitución, tiene la función de “defender los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad”. Todo un silencio al respecto, y una carta al Congreso el año 2009 señalando la necesidad de despenalizar el aborto bajo varias circunstancias y otra insistiendo en el protocolo del aborto terapéutico.

¿Cuál es el destino final de los peruanos, las personas humanas en estado embrionario, que no van a ser implantados en el útero de su madre? ¿Serán destinados a un limbo perpetuo de congelación? ¿Serán desechados al cabo de un tiempo? ¿Quedará su vida o muerte en manos de terceros? Sin mencionar la existencia de una técnica anexa llamada Diagnóstico Genético Pre implantacional que criba los embriones con problemas genéticos de los que no. Una pregunta dramática sobre esta técnica: ¿implantarán al que presenta síndrome de Down? ¿Tendrá el derecho a nacer como uno sano?

Hay gran indiferencia en los poderes del Estado, con una difusión masiva y pública de avisos que “solucionan atrasos menstruales”, venta en internet de “pastillas abortivas”, hasta llegar al extremo de permitir la existencia de un servicio telefónico llamado “línea aborto” para dar consejos de “cómo abortar de manera segura”. Si bien no se podría afirmar que hay un complot en este caso, sí se puede percibir que existe un olvido sistemático por parte del Estado por defender la vida del concebido.

Lo podríamos formular de otra manera: si el Estado es el garante de la Constitución, y si especialmente este Gobierno ha deseado tomar la bandera válida y loable de la inclusión social, ¿dónde quedan esas posiciones ante los ataques a la vida del concebido como persona y sujeto de derechos y a la promoción de una cultura en que se defienda la vida de todo peruano? Es pues preocupante que hasta ahora sólo exista un elocuente silencio de las autoridades sobre el derecho a la vida de estos niños inocentes.

“Con dolor constatamos hoy en día que la sombra de muerte del aborto pretende envolvernos en el Perú”, señala Arzobispo de Piura

EGUREN Con dolor constatamos hoy en día que la sombra de muerte del aborto pretende envolvernos en el Perú, señala Arzobispo de PiuraMons. José Antonio Eguren, Arzobispo de Piura y Presidente de la Comisión Episcopal de Familia y Defensa de la Vida, pronunció una  clara y directa homilía en la Misa por los Santo Inocentes, la cual en su arquidiócesis, la ha dedicado a rezar por el drama de los niños que mueren producto del aborto.

Aquí transcribimos las partes más saltantes de su homilía:

El día de hoy 28 de diciembre, dentro de la Octava de Navidad celebramos la Fiesta de los Santos Mártires Inocentes, fiesta que nos recuerda el sacrificio de aquellos niños que son asesinados por el rey Herodes. Nos narra el Evangelio que “al verse burlado por los Magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los Magos” (Mt 2, 16). Sabemos bien que Herodes era un rey cruel y despiadado, un déspota suspicaz que veía por doquier traición, hostilidad y amenaza a su poder terrenal. Prueba de ello es que incluso había ajusticiado nada menos que a dos de sus propios hijos, Alejandro y Aristóbulo, porque presentía que ellos eran una amenaza para su trono. Herodes es el prototipo del hombre que sólo piensa y vive en categorías de poder, dominio, opresión, despotismo, abuso y explotación de los demás.

También en nuestros días, como en los días de Jesús, hay inocentes que padecen por la arbitrariedad egoísta de algunos poderosos. Son los “Herodes” modernos. Dentro de estos inocentes que sufren están los niños por nacer abortados, es decir los concebidos no nacidos asesinados por el crimen abominable del aborto. Hoy nos hemos reunido para ofrecer esta Santa Misa por los niños y niñas abortados en Piura y Tumbes durante el año que en estos días concluye. Son los nuevos “mártires inocentes”.

En un campo santo latinoamericano, hay una conmovedora placa con el siguiente título: “A la Memoria de los Niños asesinados antes de Nacer”.

En dicha placa se puede leer el siguiente estremecedor mensaje que me permito compartir con todos ustedes:

“Nos mataron porque dijeron que estábamos de más, como Herodes consideró que Jesús estaba de sobra. Nadie nos pudo defender. Todo fue en el silencio del vientre de nuestras madres. Nos despedazaron, nos ahogaron, nos envenenaron con la frialdad de un verdugo. Por nuestra muerte se pagó dinero, precio de sangre como el que recibió Judas. Botaron a la basura los pedazos de nuestros pequeños cuerpos o los quemaron en un incinerador para que no quedara rastro de nuestro asesinato. Ni siquiera tuvimos una sepultura o una lápida. No llegamos a tener nombre. Sólo somos parte de un número macabro de varias decenas de millones cada año. Colaboraron en nuestra muerte poderosos de este mundo. Algunos que habían jurado respetar la vida e incluso nuestros propios padres. Que nuestro grito salve a otros niños”.

En mi reciente Exhortación Pastoral por Navidad les escribía a todos ustedes, que el nacimiento de Cristo nos ayuda a tomar conciencia del valor de la vida humana, de la vida de todo ser humano desde su primer instante, con la concepción, hasta su ocaso natural, con la muerte: “La Encarnación es la presencia de Dios en el mundo y la Fe nos enseña en primer lugar que el Hijo de Dios se hizo embrión, y este misterio es una ocasión inmejorable para entender la gran enseñanza del Concilio Vaticano II: Cristo manifiesta plenamente el Hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su dignidad y vocación. Mirando a la Virgen, que lleva a Jesús en su seno, vemos que allí donde hubiera podido cometerse un homicidio, se hubiera podido consumar un deicidio. ¿Qué mayor prueba que ésta, de que la vida humana es un don sagrado que siempre debe ser respetada y acogida desde la concepción hasta su fin natural? En el misterio de Dios encarnado comprendemos mejor la sacralidad de la vida humana: si bien ella ha sido originada por nosotros, no proviene sólo de nosotros, sino de Dios. Que la Navidad sea ocasión para reafirmar un Sí a la Vida por Nacer y un No rotundo al crimen del aborto”.

En su reciente Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2013, el Santo Padre Benedicto XVI nos advierte contra el gran mal que significa la liberalización del aborto y se opone firmemente a reglamentar este falso derecho o libertad que amenaza el derecho fundamental a la vida, mediante leyes, sentencias judiciales, convenciones internacionales, planes nacionales, o decretos supremos inicuos, basados en una visión reductiva y relativista del ser humano.

Con voz profética el Papa dice que el aborto es una herida para la paz: “Quienes no aprecian suficientemente el valor de la vida humana y, en consecuencia, sostienen por ejemplo la liberalización del aborto, tal vez no se dan cuenta que, de este modo, proponen la búsqueda de una paz ilusoria…La muerte de un ser inerme e inocente, nunca podrá traer felicidad o paz. En efecto, ¿cómo es posible pretender conseguir la paz, el desarrollo integral de los pueblos o la misma salvaguardia del ambiente, sin que sea tutelado el derecho a la vida de los más débiles, empezando por los que aún no han nacido? Cada agresión a la vida, especialmente en su origen, provoca inevitablemente daños irreparables al desarrollo, a la paz, al ambiente”.

De otro lado hay que afirmar con claridad que el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida desde su concepción, no es una verdad de fe, y por tanto un asunto simplemente confesional, aunque reciba de la fe una nueva luz y confirmación. Este derecho está inscrito en la misma naturaleza humana, y por tanto se puede conocer por la razón y es común a toda la humanidad. Por consiguiente cuando afirmamos que la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción, desde el primer momento de la existencia, estamos hablando de un asunto de humanidad. Si la Iglesia hace suya la causa de los niños por nacer, si Ella se hace la voz de los que no tienen voz pero sí el derecho intocable a la vida, es porque “el hombre es el camino primero y fundamental de la Iglesia”y porque nada de lo humano le es ajeno al Evangelio que Ella anuncia por mandato de su Señor. La Iglesia no puede abandonar jamás a la persona humana.

Con dolor constatamos hoy en día que la sombra de muerte del aborto pretende envolvernos en el Perú y en nuestro Continente Latinoamericano.

Unos pocos, los poderosos de hoy, los nuevos Herodes, quieren imponernos su ideología de muerte que es totalmente ajena al sentir de la inmensa mayoría de nuestros pueblos, amantes de la vida y dispuestos a acoger, defender y promover la vida humana. No permitamos que unos cuantos políticos y juristas oportunistas, en alianza con organizaciones abortistas que poseen mucho poder económico, cambien las leyes de nuestra Patria y legalicen el aborto en el Perú. Hoy en día, hay que decirlo una y otra vez: un ser humano por nacer es tan digno de vivir y de ser amado, de ser protegido y defendido, como lo es un recién nacido; como lo es ese niño que muchas de ustedes mamás lleven en sus brazos y que me acercan al final de la Misa para que los bendiga. Por ello esta noche vuelvo a reiterar lo que tantas veces como Pastor de la Iglesia que peregrina en Piura y Tumbes he manifestado: ¡No al aborto! ¡No más abortos! ¡Nunca el aborto! El aborto no puede ser nunca un derecho humano. Es exactamente lo opuesto.

En esta noche, además de orar por los niños y niñas abortados en el año 2012, queremos pedir al Señor por la conversión de todos aquellos que directa o indirectamente han procurado un aborto. Pedir también por la conversión de aquellos que traman una y otra vez con insidia e intriga la despenalización y la legalización del aborto en el Perú. Recemos también esta noche para que el aborto nunca sea aprobado en nuestra Patria.

Mi llamado a la clase política nacional. La apertura y defensa de la vida está en el centro del verdadero desarrollo. Incluyamos en nuestros planes políticos, sociales, culturales y económicos al niño por nacer y junto con él a la familia, célula primera y vital de la sociedad, patrimonio de la humanidad. Ninguna otra institución puede sustituir a la familia. Sólo así la inclusión social de la que hoy tanto se habla, será verdadera y podremos darle a nuestro futuro un rostro verdaderamente humano.

Mi llamado a todos ustedes, a que sean con su oración, con su palabra y con su acción decidida, apóstoles del Evangelio de la Vida. Esta “Buena Nueva” está en el centro del mensaje de Jesús y tiene que ser anunciada con intrépida fidelidad y valor a los hombres de hoy. Es necesario hacer llegar el Evangelio de la Vida al corazón de cada hombre y mujer de nuestro tiempo e introducirlo en lo más recóndito de toda la sociedad. Ello supone proclamar que: “La vida humana, don precioso de Dios, es sagrada e inviolable, y por esto, en particular, son absolutamente inaceptables el aborto procurado y la eutanasia; la vida del hombre no sólo no debe ser suprimida, sino que debe ser protegida con todo cuidado amoroso”. Para ser verdaderamente un pueblo al servicio del Evangelio de la Vida, propongamos con constancia y valentía la defensa de la vida humana y de su dignidad desde el primer anuncio del Evangelio con el kerigma, pero también en la catequesis, en la predicación, en el diálogo personal, en la actividad educativa, política y profesional.

A los jóvenes que descubren el llamado del Señor a la santidad en el camino del matrimonio, les pido que busquen siempre las exigencias del amor hermoso; que tengan relaciones afectivas sinceras y puras; que se preparen al matrimonio en la castidad y pureza. Jóvenes: no caigan en la tentación de reducir el amor a un mero placer egoísta y genital.

Con el Gran Papa, el Beato Juan Pablo II, les digo: “¡Queridos jóvenes amigos! ¡No os dejéis arrebatar esta riqueza! No grabéis un contenido deformado, empobrecido y falseado en el proyecto de vuestra vida: el amor «se complace en la verdad». Buscadla donde se encuentra de veras. Si es necesario, sed decididos en ir contra la corriente de las opiniones que circulan y de los «slogans» propagandísticos. No tengáis miedo del amor, que presenta exigencias precisas al hombre. Estas exigencias –tal como las encontráis en la enseñanza constante de la Iglesia– son capaces de convertir vuestro amor en un amor verdadero”.

A los padres de familia les pido que acojan con amor a cada hijo con el que sean bendecidos. Acójanlo desde el primer momento en que se enteran que ya esta viviendo en el vientre de su madre; denle todo su amor y protección ya que como ustedes, tiene el derecho sagrado e inviolable a vivir y a nacer. Igualmente les pido que vuestra unión esté santificada por el sacramento del matrimonio. Vuestro hijo por nacer tiene necesidad del amor estable de sus padres. De otro lado sin la gracia del sacramento matrimonio y de la Eucaristía dominical, les será muy difícil amarse como esposos, crecer en el amor fiel, educar a sus hijos en la fe y formar un hogar que sea cenáculo de amor y santuario de la vida.

Finalmente a ti mujer que de repente estas esperando un hijo y a la vez estás atravesando por una situación difícil o de confusión te digo con cariño: no caigas en la tentación de abortarlo. Nada justifica matar a tu hijo. No añadas al sufrimiento de matarlo el sufrimiento que vivirás después, porque relativamente fácil puede ser sacar a un hijo del vientre, pero muy difícil será sacarlo después de tu mente y corazón. Con la Beata Madre Teresa de Calcuta te digo: “No abortes. Dame a tu hijo. Por favor no mate a ese niño. Yo quiero a ese niño. Por favor denme a ese niño. Yo estoy dispuesta a aceptar cualquier niño que esté por ser abortado y dar este niño a una pareja que irá a amar al niño y ser amado por ella”.

Quiero concluir esta homilía con la oración inscrita al final de aquella placa a la “Memoria de los Niños Asesinados antes de Nacer” a la que hice mención al comienzo de mi homilía:

Padre de los Cielos.

Tú quisiste que fueran hijos tuyos.

Los encomendamos a tu misericordia para que los tengas junto a Ti.

Y te rogamos que concedas arrepentimiento y perdones a quienes les quitaron la vida.

Amén.